En los últimos años se ha incrementado el interés por seguir un estilo de vida basado en el llamado ayuno intermitente como método de cuidado de la salud y prevención de enfermedades. Sin embargo, si nos remontamos en el tiempo, encontramos que se trata de una práctica existente desde los albores de la humanidad, y cuyos beneficios ya fueron mencionados por antiguas civilizaciones.
Como su propia palabra indica, el ayuno, del latin ieiunium, que significa literalmente vacío, consiste en la renuncia, ya sea parcial o total, de la ingesta de bebidas y/o alimentos durante un determinado periodo de tiempo. Hablamos, por tanto, de un patrón de alimentación que alterna períodos de ayuno con períodos de alimentación.
Existen diversos tipos de ayuno intermitente, que difieren en la duración de los tiempos de ayuno y alimentación. Así, por mencionar algunos de los métodos más comunes están:
En definitiva, sea cual sea la manera escogida de realizar esta dieta, el objetivo principal es permitir que el cuerpo pase por períodos prolongados de ayuno para obtener una serie de beneficios para la salud y el bienestar y enfocada en cuándo se come.
Si bien no existen técnicamente restricciones sobre lo que se pueda comer en relación con el ayuno intermitente, algunos grupos de alimentos son mejores que otros en el objetivo de optimizar tu salud y minimizar el hambre durante los períodos de ayuno.
Además, tendrás que tener en cuenta que, en las horas de ayuno no se ingieren alimentos sólidos, sólo se puede tomar bebidas con 0 calorías.
Entre los alimentos más aconsejables a seguir en el ayuno intermitente están:
De acuerdo con varias investigaciones, y según fuentes aportadas desde Medical News Today, los cambios en el peso y la composición corporal se encuentran entre los efectos más estudiados del ayuno intermitente, demostrando que una pérdida entre 3% y 7% de peso corporal en un promedio de 8 semanas, fue posible mediante el ayuno intermitente. Además, los estudios también señalaron que esta pérdida de peso corporal era debida a la pérdida de grasa.
Otros de los beneficios que aporta seguir esta pauta alimentaria son la ayuda a mejorar la sensibilidad hacia la insulina, la mejora de la presión sanguínea, su contribución a una microbiota intestinal más sana y la ayuda a combatir el estrés oxidativo, además de relacionarse con menores tasas de enfermedad arterial coronaria y diabetes tipo 2.
Otras dietas: