Pautas para patologías

 Lo que para algunas personas resulta una alimentación equilibrada, para otras puede no serlo. Cada individuo tiene unas características determinadas: un peso diferente, una talla, edad, una complexión física…, cada uno desempeñamos un trabajo diferente, con horarios distintos e incluso tenemos un carácter diverso. Y si a todo esto le sumamos una enfermedad, aún somos más individuales.
 
Con una alimentación adecuada para cada persona podemos conseguir que la mayoría de los trastornos mejoren notablemente, aliviar dolores y mejorar la calidad de nuestra vida.

Es importante ser consciente de que no hay prisa. Estos cambios han de ser progresivos, que la persona los vaya asimilando y se vaya adaptando poco a poco, que los tome como suyos propios y que sienta las mejoras en su cuerpo.